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Otros Cuadernos de Saramago

Otros Cuadernos de Saramago

Lo que debemos tener en cuenta es que no se puede esperar que una sociedad descomprometida ―como lo es la sociedad de nuestro tiempo― fabrique, por decirlo así, una literatura comprometida […] Una literatura de compromiso se está volviendo cada vez más necesaria; y aunque no se trate de un compromiso político, es importante que sí tenga un compromiso ético.“A los que mandan en este mundo no les importa la domocracia’, dice Saramago”, Perfil, San José de Costa Rica, 17 de junio de 1998José Saramago en sus palabras

Si el miedo, la apatía y la resignación van a ser las constantes de este inmenso rebaño de la especie humana, la democracia no tiene ningún instrumento para controlar los abusos del implacable poder económico y financiero, que comete crímenes horribles. Si no hay instrumentos, ¿cómo se puede seguir llamando democracia? Es una democracia de manos y pies atados.“El paso del gran pesimista”, Semanario Universidad, San José de Costa Rica, 30 de junio de 2005José Saramago en sus palabras

No soy nihilista, soy simplemente relativista. André Compte-Sponville, en su Diccionario filosófico, coloca las cosas en su sitio: el nihilismo es la filosofía de la pereza o de la nada, el relativismo es la filosofía del deseo y de la acción. Los que dicen que soy un nihilista no saben leer o, si lo saben, no entienden lo que leen.“Soy un relativista”, Vistazo, Guayaquil, 19 de febrero de 2004José Saramago en sus palabras
20 Oct, 2010

Un no colectivo

Quien piensa sabe decir no y esa palabra constituye una revolución, pero ese no tiene un sentido cuando se trata de un no colectivo, de una voluntad colectiva. No obstante, todos sabemos que también el no se corrompe, se acomoda y se convierte poco a poco en un . Cuando eso ocurre, no hay más remedio que volver a decir otra vez no.“El pensamiento correcto es un veneno social”, Gara, San Sebastián, 22 de noviembre de 2001 José Saramago en sus palabras
19 Oct, 2010

Un no

Aunque nosotros no somos poseedores de la verdad, porque esto no existe, somos los que decimos la palabra no. El es rutinario, está siempre allí. Siempre hay que introducir un no para enfrentar al , que es el consenso hipócrita en que más o menos estamos viviendo.“Saramago según Saramago”, Revista Tres, Montenvideo, 18 de septiembre de 1998José Saramago en sus palabras

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