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Otros Cuadernos de Saramago

Otros Cuadernos de Saramago

Para que continue la reflexión, el Manifiesto abre por un día más el Cuaderno.Hace unos días varias personas de distintos países y posiciones políticas suscribimos el texto que copio a continuación. Es una llamada de atención, una protesta, la expresión de la alarma que sentimos ante la crisis y las posibles salidas que se barajan. No podemos ser cómplices."¿Nuevo capitalismo?"Ha llegado el momento del cambio a escala pública e individual. Ha llegado el momento de la justiciaLa crisis financiera esta de nuevo aquí destrozando nuestras economías, golpeando nuestras vidas. En la última década sus sacudidas han sido cada vez más frecuentes y dramáticas. Asia Oriental, Argentina, Turquía, Brasil, Rusia, la hecatombe de la Nueva Economía, prueban que no se trata de accidentes fortuitos de coyuntura que transcurren en la superficie de la vida económica, sino que están inscritos en el corazón mismo del sistema.Esas rupturas que han acabado produciendo una funesta contracción de la vida económica actual, con el aumento del desempleo y la generalización de la desigualdad, señalan la quiebra del capitalismo financiero y significan la definitiva anquilosis del orden económico mundial en que vivimos. Hay pues que transformarlo radicalmente.En la entrevista con el Presidente Bush, Durao Barroso, Presidente de la Comisión Europea, ha declarado que la presente crisis debe conducir a “un nuevo orden económico mundial”, lo que es aceptable, si éste nuevo orden se orienta por los principios democráticos –que nunca debieron abandonarse – de la justicia, libertad, igualdad y solidaridad.Las “leyes del mercado” han conducido a una situación caótica que ha requerido un “rescate” de miles de millones de dólares, de tal modo que, como se ha resumido acertadamente, “se han privatizado las ganancias y se han socializado las pérdidas”. Han encontrado ayuda para los culpables y no para las víctimas. Es una ocasión histórica única para redefinir el sistema económico mundial en favor de la justicia social.No había dinero para los fondos del Sida, ni de la alimentación mundial… y ahora ha resultado que, en un auténtico torrente financiero, sí que había fondos para no acabar de hundirse los mismos que, favoreciendo excesivamente las burbujas informáticas y de la construcción, han hundido el andamiaje económico mundial de la “globalización”.Por eso es totalmente desacertado que el Presidente Sarkozy haya hablado de realizar todos estos esfuerzos con cargo a los contribuyentes “para un nuevo capitalismo”!... y que el Presidente Bush, como era de esperar en él, haya añadido que debe salvaguardarse “la libertad de mercado” (¡sin que desaparezcan los subsidios agrícolas!)…No: ahora debemos ser “rescatados” los ciudadanos, favoreciendo con rapidez y valentía la transición desde una economía de guerra a una economía de desarrollo global, en que esa vergüenza colectiva de inversión en armas de 3 mil millones de dólares al día, al tiempo que mueren de hambre más de 60 mil personas, sea superada. Una economía de desarrollo que elimine la abusiva explotación de los recursos naturales que tiene lugar en la actualidad (petróleo, gas, minerales, coltán…) y se apliquen normas vigiladas por unas Naciones Unidas refundadas -que incluyan al fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial “para la reconstrucción y el desarrollo” y a la Organización Mundial del Comercio, que no sea un club privado de naciones, sino una institución de la ONU- que dispongan de los medios personales, humanos y técnicos necesarios para ejercer su autoridad jurídica y ética eficazmente.Inversiones en energías renovables, en la producción de alimentos (agricultura y acuicultura), en la obtención y conducción de agua, en salud, educación, vivienda,… para que el “nuevo orden económico” sea, por fín, democrático y beneficie a la gente. ¡El engaño de la globalización y de la economía de mercado debe terminarse! La sociedad civil ya no será espectador resignado y, si es preciso, pondrá de manifiesto todo el poder ciudadano que hoy, con las modernas tecnologías de la comunicación, posee.¿”Nuevo capitalismo”?. No!Ha llegado el momento del cambio a escala pública e individual. Ha llegado el momento de la justicia.Federico Mayor ZaragozaFrancisco AltemirJosé SaramagoRoberto SavioMario SoaresJosé Vidal Beneyto

La historia de la adaptación de Ensayo sobre la ceguera al cine ha pasado por altos y bajos desde que Fernando Meirelles, más o menos en torno al año 1997, le preguntó a Luiz Schwarcz, mi editor brasileño, si yo estaría interesado en cederle los respectivos derechos. Recibió como respuesta una perentoria negativa: no. Mientras tanto, en la oficina de mi agente literaria en Bad Homburg, Frankfurt, comenzaron a llover, y llovieron durante años, cartas, correos electrónicos, llamadas telefónicas, mensajes de todas las especies de productores de otros países, sobre todo de Estados Unidos, con la misma pregunta. A todos mandé dar la respuesta conocida: no. ¿Soberbia por mi parte? No era cuestión de soberbia, simplemente no tenía la seguridad, ni siquiera la esperanza, de que el libro fuese tratado con respeto por aquellos parajes. Y los años pasaron. Un día, acompañados por mi agente, me aparecieron en Lanzarote, directamente desde Toronto, dos canadienses que pretendían hacer la película, Niv Fichman, el productor, y Don McKellar, el guionista. Eran personas jóvenes, ninguno de los dos me recordaba a Cecil B. de Mille, y, después de una conversación franca, sin puertas falsas ni reservas mentales, les entregué el trabajo. Faltaba saber quién sería el director. Otros años tuvieron que pasar hasta el día en que se me preguntó qué pensaba de Fernando Meirelles. Completamente olvidado de lo que había sucedido en aquel ya longincuo año 1997, respondí que pensaba bien. Había visto y me había gustado Ciudad de Dios y El Jardinero Fiel, pero seguía sin asociar el nombre de este director a la persona del otro…Finalmente, el resultado de todo esto ya está aquí. Lleva el título de Blindness, con el que se espera facilitar su relación con el libro en el circuito internacional. No vi ningún motivo para discutir la elección. Hoy, en Lisboa, se presentó este Ensayo sobre la ceguera en imágenes y sonidos. La platea estaba bien servida de periodistas que espero que den buena cuenta del recado. Mañana será el preestreno. Conversamos sobre estos episodios ya históricos y, en cierto momento, Pilar, la más práctica y objetiva de todas las subjetividades que conozco, lanzó una idea: “Desde mi punto de vista, el libro anticipa los efectos de la crisis que estamos sufriendo. Las personas, desesperadas, corriendo por Wall Street, de banco en banco antes de que el dinero se acabe, no son otras que las que se mueven, ciegas, sin rumbo, por la novela y ahora en la película. La diferencia es que no tienen una mujer del médico que las guíe, que las proteja”. Mirándolo bien, la andaluza puede tener razón.