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Otros Cuadernos de Saramago

Otros Cuadernos de Saramago

26 Feb, 2009

Perro de agua

Cuando Camões apareció por aquí, ya van catorce años, con su pelo negro y la exclusiva corbata blanca que lo distingue de cualquier otro ejemplar de la especie canina, todos los humanos de casa se pronunciaron sobre la supuesta raza del recién llegado: un caniche. Fui el único que dije que caniche no era, sino perro de agua portugués. No siendo yo especialmente entendido en perros, nada tendría de sorprendente que estuviera equivocado, pero mientras los demás se empeñaban en declararlo caniche, me mantenía firme en mi convicción. Con el paso del tiempo, la cuestión perdió interés: caniche o can de agua, el compañero de Pepe y Greta (que ya se fueron al paraíso de los perros) era simplemente Camões. Los perros viven poco para el amor que les dedicamos y Camões, final depositario del amor que le ofrecimos a los tres, ya lleva catorce años vividos, como quedó dicho antes, y los achaques propios de la edad comienzan a amenazarlo. Nada grave por ahora, pero ayer nos llevamos un susto: Camões tenía fiebre, estaba mustio, iba de rincón en rincón, de vez en cuando soltaba un gemido agudo y, cosa extraña, él, que tan falto de fuerzas parecía, bajó al jardín y se puso a excavar la tierra, haciendo un hoyo que la imaginación de Pilar percibió como la más funesta de las previsiones. Afortunadamente el mal tempo ha pasado, por lo menos por ahora. La veterinaria no le encontró nada serio, y Camões, como para tranquilizarnos, recuperó la agilidad, el apetito y la tranquilidad de humor que lo caracteriza, y anda por ahí hecho una flor con su amiga Boli, que pasa épocas en casa.Por casualidad, hoy es noticia que el perro prometido por Obama a sus hijas será precisamente un can de agua portugués. Se trata, sin duda, de un importante triunfo diplomático de que Portugal deberá sacar el máximo partido para bien de las relaciones bilaterales con Estados Unidos, súbitamente facilitadas gracias a la presencia de un representante directo nuestro, diría incluso un embajador, en la Casa Blanca. Nuevos tiempos se avecinan. Estoy seguro de que si Pilar y yo fuéramos a Estados Unidos, la policía de fronteras ya no secuestraría nuestros ordenadores para copiarles los discos duros.
25 Feb, 2009

Justicias

El día 22 de Julio de 2005, un ciudadano brasileño, Jean Charles de Menezes, de profesión electricista, fue asesinado en Londres, en una estación de metro, por agentes de la policía metropolitana que lo confundieron, dicen, con un terrorista. Entró en un vagón, se sentó tranquilamente, parece que incluso llegó a abrir el periódico gratuito que había recogido en la estación, cuando los policías irrumpieron y lo arrastraron hasta el andén. No lo detuvieron, no lo prendieron, lo derrumbaron violentamente y le dispararon diez balas, siete de ellas en la cabeza. Desde el primer día, Scotland Yard no hizo otra cosa que ponerle obstáculos a la investigación. No hube juicio. La fiscalía impidió que los policías fuesen incriminados y el juez le prohibió al jurado que pronunciara una sentencia condenatoria. Ya saben, si algún día se les presenta por delante una peluca blanca, de esas que aparecen en las películas, díganle al portador lo que las personas honestas piensan de estas justicias.
24 Feb, 2009

Izquierda

Nosotros tenemos razón, la razón que asiste a quien propone que se construya un mundo mejor antes de que sea demasiado tarde, pero o no sabemos transmitir a los demás lo que es substantivo en nuestras ideas, o chocamos con un muro de desconfianzas, de prejuicios ideológicos o de clase que, si no logran paralizarnos completamente, acaban, en el peor de los casos, por suscitar en muchos de nosotros dudas, perplejidades, esas sí paralizadoras. Si el mundo alguna vez consigue a ser mejor, solo habrá sido por nosotros y con nosotros. Seamos más concientes y estemos orgullosos de nuestro papel en la Historia. Hay casos en que la humildad no es buena consejera. Que se pronuncie alto la palabra Izquierda. Para que se oiga y para que conste.

Escribí estas reflexiones para un folleto electoral de Izquierda Unida de Euzkadi, pero también pensando en la izquierda de mi país, en la izquierda en general. Que, pese a lo que está pasando en el mundo, sigue sin levantar la cabeza, como si no tuviera razón.

Antonio Machado murió hoy hace setenta años. En el cementerio de Collioure, donde sus resto descansan, un buzón de corres recibe todos los días cartas que le escriben personas dotadas de un infatigable amor que se niega a aceptar que el poeta de “Campos de Castilla” esté muerto. Tienen razón, pocos están tan vivos. Con el texto que viene a continuación, escrito cuando el 50º aniversario de la muerte de Machado, y para el Congreso Internacional que tuvo lugar en Turín, organizado por Pablo Luis Ávila y Giancarlo Depretis, tomo mi modesta lugar en la fila. Una carta más para don Antonio.

Me acuerdo, tan nítidamente como si fuera hoy, de un hombre que se llamó Antonio Machado. En ese tiempo yo tenía catorce años e iba a la escuela para aprender un oficio que de poco iba a servirme. Había guerra en España. A los combatientes de un lado les dieron el nombre de rojos, mientras que los del otro lado, por las bondades que de ellos oía contar, debían tener un color así como el del cielo cuando hace buen tiempo. Al dictador de mi país le gustaba tanto ese ejército azul que dio orden a los periódicos para que publicaran las noticias de modo que hicieran creer a los ingenuos que los combates siempre terminaban con victorias de sus amigos. Yo tenía un mapa donde clavaba banderitas hechas con alfileres y papel de seda. Era la línea del frente. Este hecho prueba que conocía a Antonio Machado, aunque no lo había leído, lo que es disculpable si tenemos en cuenta mi poca edad. Un día, al darme cuenta de que andaba siendo engañado por los oficiales del ejército portugués que dirigían la censura de la prensa, tiré el mapa y las banderas. Me dejé llevar por una actitud irreflexiva, de impaciencia juvenil, que Antonio Machado no merecía y de la que hoy me arrepiento. Los años fueron pasando. En cierto memento, no recuerdo cuando ni como, descubrí que el tal hombre era poeta, y tan feliz me sentí que, sin ningún propósito de vanagloria futura, me puse a leer todo cuanto escribió. Fue entonces cuando supe que ya había muerto, y, naturalmente, coloqué una bandera en Collioure. Es tiempo, si no me equivoco, de poner esa bandera en el corazón de España. Los restos pueden quedarse donde están.
20 Feb, 2009

Paco

Ibáñez, claro. Esta voz la reconocería en cualquier circunstancia y en cualquier lugar donde me rozara los oídos. Esta voz la conozco desde que, a principio de los años 70, un amigo me envió desde Paris un disco suyo, un vinilo que el tiempo y el progreso tecnológico pusieron materialmente fuera de moda, pero que guardo como un tesoro sin precio. No exagero, para mí, en aquellos años todavía de opresión en Portugal, ese disco que me pareció mágico, casi transcendente, me trajo el resplandor sonoro de la mejor poesía española y la voz (esa inconfundible voz de Paco) el vehículo perfecto, el vehículo por excelencia de la más profunda fraternidad humana. Hoy, cuando trabajaba en la biblioteca, Pilar puso la última grabación de los poetas andaluces. Interrumpí lo que estaba escribiendo y me entregué al placer del instante y al recuerdo de aquel inolvidable descubrimiento. Con la edad (que alguna cosa tiene que tener, y tiene, de bueno) la voz de Paco ha ido ganando un aterciopelado particular, capacidades expresivas nuevas y una calidez que llega al corazón. Mañana, sábado, Paco Ibáñez cantará en Argelès-sur-mer, en la costa de la Provenza, en homenaje a la memoria de los republicanos españoles, entre ellos su padre, que sufrieron allí tormentos, humillaciones, malos tratos de todo tipo, en el campo de concentración montado por las autoridades francesas. La douce France fue para ellos tan amarga como el peor de los enemigos. Que la voz de Paco pueda pacificar el eco de aquellos sufrimientos, que sea capaz de abrir caminos de fraternidad autentica en el espirito de quienes lo escuchen. Bien lo necesitamos todos.http://www.aflordetiempo.com/argeles.htm
19 Feb, 2009

Susi

Si yo pudiera, cerraría todos los zoológicos del mundo. Si yo pudiera, prohibiría la utilización de animales en los espectáculos de circo. No debo ser el único que piensa así, pero me arriesgo a recibir la protesta, la indignación, la ira de la mayoría a los que les encanta ver animales detrás de verjas o en espacios donde apenas pueden moverse como les pide su naturaleza. Esto en lo que tiene que ver con los zoológicos. Más deprimentes que esos parques, son los espectáculos de circo que consiguen la proeza de hacer ridículos los patéticos perros vestidos con faldas, las focas aplaudiendo con las aletas, los caballos empenachados, los macacos en bicicleta, los leones saltando arcos, las mulas entrenadas para perseguir figurantes vestidos de negro, los elefantes haciendo equilibrio sobre esferas de metal móviles. Que es divertido, a los niños les encanta, dicen los padres, quienes, para completa educación de sus vástagos, deberían llevarlos también a las sesiones de entrenamiento (¿o de tortura?) suportadas hasta la agonía por los pobres animales, víctimas inermes de la crueldad humana. Los padres también dicen que las visitas al zoológico son altamente instructivas. Tal vez lo hayan sido en el pasado, e incluso así lo dudo, pero hoy, gracias a los innúmeros documentales sobre la vida animal que las televisiones pasan a todas horas, si es educación lo que se pretende, ahí está a la espera.susi_336Se podrá preguntar a propósito de qué viene esto, y responderé ya. En el zoológico de Barcelona hay una elefanta solitaria que se está muriendo de pena y de las enfermedades, principalmente infecciones intestinales, que más pronto o más tarde atacan a los animales privados de libertad. La pena que sufre, no es difícil imaginarlo, es consecuencia de la reciente muerte de otra elefanta que con la Susi (este es el nombre que le pusieron a la triste abandonada) compartía en un más que reducido espacio. El suelo que pisa es de cemento, lo peor para las sensibles patas de estos animales que tal vez tengan todavía en la memoria la blandura del suelo de las sabanas africanas. Sé que el mundo tiene problemas más graves que estar ahora preocupándonos con el bienestar de una elefanta, pero la buena reputación de que goza Barcelona comporta obligaciones, y ésta, aunque pueda parecer una exageración mía, es una de ellas. Cuidar a Susi, darle un fin de vida más digno que verla acantonada en un espacio reducidísimo y teniendo que pisar ese suelo del infierno que para ella es el cemento. ¿A quién debo apelar? A la dirección del zoológico? ¿Al ayuntamiento? ¿A la Generalitat?Postdata: Dejo aquí una foto. Igual que en Barcelona hay grupos – gracias - que se apiadan de Susi, en Australia también un ser humano se ha compadecido de un marsupial, víctima de estos últimos incendios. La foto no puede ser más emocionante.

koala

Reconozco que la pregunta le podrá sonar algo ofensiva a un oído delicado. ¿Qué es esto? ¿Un simple particular interpelando a un pueblo entero, pediéndole cuentas por el uso de un voto que, para regocijo de una mayoría de derecha cada vez más insolente, acabó haciendo de Berlusconi amo y señor absoluto de Italia y de la conciencia de millones de italianos? Aunque, de verdad, quiero decirlo ya, el más ofendido sea yo. Sí, precisamente yo. Ofendido en mi amor por Italia, por la cultura italiana, por la historia italiana, ofendido, incluso, en mi pertinaz esperanza de que la pesadilla llegue al final y de que Italia puede retomar el exaltador espirito verdiano que fue, durante un tiempo, su mejor definición. Y que no me acusen de estar mezclando gratuitamente música y política, cualquier italiano culto y honrado sabe que tengo razón y porqué.

Acaba de llegar la noticia de la demisión de Walter Veltroni. Bienvenida sea, su Partido Democrático comenzó como una caricatura de partido y acabó, sin palabra ni proyecto, como un convidado de piedra en la escena política. Las esperanzas que en él depositamos fueron defraudadas por su indefinición ideológica y por la fragilidad de su carácter personal. Veltroni es responsable, ciertamente no el único, pero en la coyuntura actual, el mayor, por el debilitamiento de una izquierda de que llegó a presentarse como salvador. Paz a su alma.

Sin embargo no todo está perdido. Es lo que nos dicen el escritor Andrea Camilleri y el filósofo Paolo Flores d’Arcais en un artículo publicado recientemente en “El País”. Hay un trabajo por hacer junto a los millones de italianos que ya han perdido la paciencia viendo a su país siendo arrastrado cada día que pasa al ridículo público. El pequeño partido de Antonio di Pietro, el ex magistrado de Manos Limpias, puede convertirse en el revulsivo que Italia necesita para llegar a una catarsis colectiva que despierte para la acción cívica a lo mejor de la sociedad italiana. Es la hora. Esperemos que lo sea.

A la puerta de Lanzarote, a la puerta de la casa que, si la suerte ayudase, tal vez pudiera llegar a ser la nova casa. A veinte metros de la costa, en Costa Teguise, cuando seguramente ya intercambiaban unos con otros risas y palabras de alegría por haber conseguido llegar a buen puerto, el cayuco se volcó. Habían atravesado los cien kilómetros que separan la isla de la costa africana y acabaron muriendo a veinte metros de la salvación. De los más de treinta inmigrantes a quienes la necesidad extrema obligó a enfrentar los peligros del mar, en su mayoría jóvenes y adolescentes, veinticuatro murieron ahogados, entre ellos una mujer embarazada y algunos niños de pocos años. Seis se salvaron gracias al valor y la abnegación de dos surfistas que se lanzaron al agua y los libraron de una muerte que sin su intervención habría sido inevitable.

Este es, con las palabras más simples y directas que he podido encontrar, el cuadro de lo que ha pasado aquí. No sé que más podría decir. Hoy me faltan las palabras y sobran las emociones. ¿Hasta cuando?

Queda ahora una recomendación: vean el video del que dejo el enlace. Se trata de un corte, que alguien ha colgado en You Tube, de un magnífico programa que sobre el drama de la emigración realizó Marisa Márquez para Televisión Española. El fragmento que circula por la red corresponde a la intervención de Pilar, que se conduele con las víctimas y señala los responsables.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=7hcBeGPKe8U]
16 Feb, 2009

Malos tratos

En líneas generales se me conoce como pesimista. Pese a lo que alguna vez haya podido parecer, dada la insistencia con que afirmo mi radical escepticismo sobre la posibilidad de alguna mejora efectiva y substancial de la especie en aquello que en tiempos no muy distantes se llamó progreso moral, preferiría ser optimista, aunque fuera sólo para conservar la esperanza de que el sol, porque ha nacido todos los días hasta hoy, nacerá también mañana. Nacerá, pero llegará también el día en que se acabe. El motivo de estas reflexiones de apertura es el mal trato conyugal o extraconyugal, la insana persecución de la mujer por el hombre, sea marido, novio o amante. La mujer, históricamente sometida al poder masculino, ha sido reducida a algo sin mayor utilidad que la de ser criada del hombre y simple restauradora de su fuerza de trabajo, e, incluso ahora, cuando la vemos por todas partes, liberada de algunas ataduras, ejercer actividades que la vanidad masculina presumía que eran exclusivas del varón, parece que no queremos enterarnos de que la abrumadora mayoría de las mujeres siguen viviendo dentro de un sistema de relaciones poco menos que medievales. Son apaleadas, brutalizadas sexualmente, esclavizadas por tradiciones, costumbres y obligaciones que ellas no eligieron y que siguen manteniéndolas sometidas a la tiranía masculina. Y, cuando llega la hora, las matan.

La escuela finge ignorar esta realidad, lo que no puede sorprendernos si pensamos que la capacidad formativa de la enseñanza se encuentra reducida al cero absoluto. La familia, lugar por excelencia de todas las contradicciones, nido perfecto de egoísmos, empresa en quiebra permanente, está viviendo la más grave crisis de toda su historia. Los Estados parten del exacto principio de que todos tendremos que morir y de que las mujeres no podrían ser excepción. Para algunas imaginaciones delirantes, morir a manos del marido, del novio o del amante, a tiros o a navajazos, tal vez sea la mayor prueba de amor mutuo, él matando, ella muriendo. Para las tinieblas de la mente humana todo es posible.

¿Qué hacer? Otros lo sabrán aunque no lo hayan dicho. Puesto que la delicada sociedad en que vivimos se escandalizaría con medidas de exclusión permanente para los autores de este tipo de crímenes, por lo menos que se agraven hasta el máximo las penas de prisión, excluyendo drásticamente las reducciones de pena por buen comportamiento. Por buen comportamiento, por favor, no me hagan reír.
12 Feb, 2009

Plumas chinas

Meter una langosta viva en agua hirviendo y cocerla es una vieja práctica culinaria en el mundo occidental. Parece que si la langosta fuera muerta al baño, el sabor final sería diferente, para peor. Hay también quien diga que el rubicundo color rojizo con el que el crustáceo sale de la cazuela se debe justamente a la altísima temperatura del agua. No lo sé, hablo de oídas, soy incapaz de freír convenientemente un huevo. Un día vi en un documental como alimentan a los pollos, como los matan y destrozan, y poco me faltó para vomitar. Y otro día, que no se me borra de la memoria, leí en una revista un artículo sobre la utilidad de los conejos en las fábricas de cosméticos, y así supe que las pruebas para evitar cualquier posible irritación causada por los ingredientes de los champus se realizan aplicándolos directamente en los ojos a estos animales, según el estilo del nefasto Dr. Muerte, que inyectaba petróleo en el corazón de sus víctimas. Ahora, una corta noticia aparecida en los periódicos me informa de que, en China, las plumas de aves destinadas al relleno de las almohadas se arrancan así mismo, al vivo, después de limpias, desinfectadas y exportadas para delicia de las sociedades civilizadas que saben lo que es bueno y está de moda. No lo comento, no merece la pena, estas plumas bastan.

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