17 Jun, 2009
El elefante en viaje
Los lectores recordarán que los nombres de dos aldeas que la expedición encontró en su camino hacia Figueira de Castelo Rodrigo nunca fueron mencionados por el narrador de la historia. Esas aldeas, tal como se encuentran descritas, fueron simples inventos necesarios para la ficción y no tenían ninguna correspondencia en la vida real. Por esto les parecerá abusivo a los amantes del rigor histórico que Salomón esté preparándose hoy para un viaje que, no siendo documentalmente el que fue, bien podría haber sido, aunque de aquel no quedara ningún registro. La vida trae muchos casualidades en el bolsillo y no se puede excluir que, en algún que otro caso, la letra haya acertado con la música. Es cierto que la Historia no dice que Salomón hubiera pisado tierras de Castelo Novo, Sortelha o Cidadelhe, pero tampoco es imposible jurar que tal no sucedió. De esa obviedad nos servimos, nosotros, Fundación José Saramago, para idear y organizar un viaje que va a comenzar hoy en Belén, delante del monasterio de los Jerónimos y que nos llevará hasta la frontera, allá arriba, donde sucedió lo de los coraceros austríacos que pretendían llevarle el elefante al archiduque. Que el itinerario es arbitrario, protestará el lector, pero nosotros, si nos lo permiten, preferiremos considerarlo uno de los innumerables posibles. Andaremos por ahí dos días y de lo que en ellos ocurra haremos relato. ¿Quien va? Va la Fundación en pleno, van unos pocos amigos incondicionales de Salomón, periodistas portugueses y españoles, todos buena gente. Queden en paz. Hasta nuestro regreso, adiós, adiós.