Saltar para: Posts [1], Pesquisa [2]

Otros Cuadernos de Saramago

Otros Cuadernos de Saramago

06 Jun, 2011

Convicciones

Uno tiene convicciones y vive con ellas. Si las abandona, ¿qué queda? Nada. Aunque las cosas no sean tan puras como las imaginé, sigo siendo lo que he sido. Al menos, puedo decirme a mí mismo que no me he dejado contaminar.El Tiempo, Bogotá, 9 de julio de 2007José Saramago en sus palabras
03 Jun, 2011

Hace un año

Gracias, Mankell. Un abrazo, José SaramagoEl día 2 de junio de 2010 José Saramago se dispuso, como todos los días, a ver el telediario de las 3 de la tarde. La noticia de apertura le reclamó toda la atención: La Flotilla de la Paz que pretendía romper el cerco a que estaba sometida la franja de Gaza transportando material escolar y sanitario fue atacada por el ejercito israelí con una violencia inusitada. Saramago contemplaba las escenas con la atención que el asunto exigía, con la preocupación de quien algo sabe de la vida y con el respeto que se le debe a las personas que habían perecido por reclamar para otros la libertad que ellos tenían. Miraba el televisor como hipnotizado, tal vez pensando que si la enfermedad no se lo hubiera impedido él estaría allí cuando unas palabras le conmovieron especialmente. Eran estas: "Entre los miembros de la flotilla de la paz estaba el escritor sueco Henning Mankell" De pronto a José Saramago se le saltaron las lágrimas y pidió que se abriera su blog, que quería entrar. Para decir, simplemente, "Obrigado, Mankell". Lloró Saramago esa tarde porque sintió la impotencia de no poder hacer nada, ni por los muertos ni por los que sufrían el bloqueo. Lloró también de emoción de saber que un compañero de letras estaba allí, como si ese gesto los salvara a todos.Obrigado, Mankell: esta palabras son la última entrada en el blog. José Saramago murió dieciséis días después.
02 Jun, 2011

Leonard Cohen

Ahora un hombre aparece solo, debe de estar contando pese a que apenas se le mueven los labios, el rótulo decía Leonard Cohen, y la imagen mira a Raimundo Silva insistentemente, los movimientos de la boca articulan una pregunta, Por qué no quieres oírme, hombre solitario, y parece añadir, Oyeme ahora porque después será demasiado tarde, tras un vide-oclip viene otro, no se repiten, esto no es un disco que puedas poner una y mil veces, es posible que vuelva, pero no sé cuando y tal vez no estés aquí en ese momento, aprovecha, aprovecha, aprovecha. Raimundo Silva se inclinó hacia adelante, elevó el sonido, el gesto de Leonard Cohen era como si agradeciera, ahora podía cantar, y cantó, dijo las cosas que dice quien ha vivido y se pregunta cuánto y para qué, quien ha amado y se pregunta a quién y por qué, y, habiendo hecho las preguntas todas se encuentra sin respuesta, ni siquiera una, lo contrario de aquel que afirmó un día que las respuestas están por ahí y lo que nosotros no tenemos nada más que aprender a hacer las preguntas. Cuando Cohen se calló, Raimundo Siva volvió a bajar el sonido y, a continuación, desenchufó el aparato.Historia del cerco de Lisboa, Alfaguara
01 Jun, 2011

El niño que fui

Quiero recuperar, saber, reinventar al niño que fui. Puede parecer una cosa un poco tonta: un señor que a su edad piensa en el niño que fue. Pero creo que el padre de esa persona es el niño que fui. Tenemos un padre biológico y una madre biológica, pero yo diría que el padre espiritual del hombre que soy es el niño que fui.Público, Lisboa, 14 de octubre de 1998José Saramago en sus palabras

Pág. 2/2