Lunes, 24 de Mayo 2010
Esta palabra esperanza, con mayúscula o sin ella, lo mejor que podemos hacer con ella es tacharla de nuestro vocabulario. Solo los exiliados y los desterrados que se han conformado con el destierro y el exilio la pueden usar, a falta de mejor. Les da consuelo y alivio. Los que no se resignan tienen otra palabra más enérgica: voluntad."Esta palabra esperanza", de De este mundo y del otro(Selección de Diego Mesa)
publicado por Fundação Saramago
Viernes, 21 de Mayo 2010
Los caminos por los que los hombres circulan, sólo aparentemente son complicados. Mirándolo bien, siempre se encuentram señales de pasos anteriores, analogias, contradicciones, resueltas o con posibilidad de serlo, plataformas donde, de repente, los lenguajes se vuelven comunes y universales.De Viaje a Portugal, Suma de Letras, 2003, pp. 574-575(Selección de Diego Mesa)
publicado por Fundação Saramago
Jueves, 20 de Mayo 2010
Lo malo es que no estemos organizados, debería haber una organización en cada casa, en cada calle, en cada barrio, Un gobierno, dijo la mujer, Una organización, el cuerpo también es un sistema organizado, está vivo mientras se mantiene organizado, la muerte no es más que el efecto de una desorganización...De Ensayo sobre la ceguera, Alfaguara, 1996, p. 329(Selección de Diego Mesa)
publicado por Fundação Saramago
Miércoles, 19 de Mayo 2010
No me acuse el lector de oscurantista. Tengo una fe ciega en el futuro, y hacia él se extienden mis manos. Pero el pasado está lleno de voces que no callan y al otro lado de mi sombra aparece una multitud infinita de sombras que la justifican."A donde dan los portalones?", de Las maletas del viajero, Ediciones B, S.A., 1998(Selección de Diego Mesa)
publicado por Fundação Saramago
Martes, 18 de Mayo 2010
Aparte de la conversación de las mujeres, son los sueños los que sostienen al mundo en su órbita. Pero son también los sueños los que le ponen una corona de lunas, por eso el cielo es el resplandor que hay dentro de la cabeza de los hombres, si no es la cabeza de los hombres el própio y único cielo.De Memorial del Convento, Alfaguara, 2003, p. 123(Selección de Diego Mesa)
publicado por Fundação Saramago