26 Oct, 2011
"Claraboya" XXVI
Siguiendo en el aire el movimiento envolvente del humo que subía, Abel oía las historias que le contaban la cómoda y la mesa, las sillas y el espejo. Y también las cortinas de la ventana. No eran historias con principio, medio y fin, sino un fluir dulce de imágenes, el lenguaje de las formas y de los colores que dejan una impresión de paz y serenidad.