06 Oct, 2011
"Claraboya" VI
Estaba sola. El cigarro se consumía lentamente entre los dedos. Estaba sola como tres años antes, cuando conoció a Paulino Morais. Se acabó. Era necesario recomenzar, recomenzar, recomenzar.
Poco a poco, dos lágrimas le brillaron en los ojos. Oscilaron un momento, suspendidas del párpado inferior. Después, cayeron. Sólo dos lágrimas. La vida no vale más que dos lágrimas.
Poco a poco, dos lágrimas le brillaron en los ojos. Oscilaron un momento, suspendidas del párpado inferior. Después, cayeron. Sólo dos lágrimas. La vida no vale más que dos lágrimas.